La Terapia humanista es un enfoque terapéutico que se centra en la persona como individuo único y en su capacidad para alcanzar su máximo potencial. La Terapia humanista se basa en la idea de que todas las personas tienen una necesidad innata de ser aceptadas, comprendidas y valoradas por los demás.

Esta terapia se enfoca en ayudar a las personas a entender sus sentimientos, pensamientos y comportamientos, y a explorar cualquier obstáculo que pueda estar impidiendo su crecimiento y desarrollo personal. La Terapia humanista busca fomentar un ambiente de confianza y aceptación, en el que la persona se sienta libre de explorar sus pensamientos y emociones sin ser juzgada o criticada.
Entre los principales exponentes de la Terapia Humanista se encuentran Carl Rogers y Abraham Maslow. Carl Rogers, considerado el padre de la Terapia Humanista, fue un pionero en la terapia centrada en la persona, en la que el terapeuta se enfoca en escuchar y comprender al paciente en lugar de tratar de solucionar sus problemas. Abraham Maslow, por su parte, desarrolló la Teoría de la Jerarquía de Necesidades, que sostiene que las personas tienen necesidades básicas que deben ser satisfechas antes de poder alcanzar su máximo potencial.
En resumen, la Terapia Humanista es un enfoque terapéutico que se centra en la persona como individuo único, en su capacidad para alcanzar su máximo potencial y en la importancia de la aceptación, comprensión y valoración por parte de los demás.